nadya vegar



La antena es el punto de entrada de la señal en nuestro sistema. Se ha convertido en el símbolo del receptor terreno en un sistema de transmisión de señales de TV vía satélite. Este simbolismo es bastante razonable, no sólo porque la antena distingue al equipo físicamente, sino porque sus características son, con diferencia, las más importantes de todas las de los diferentes equipos a la hora de determinar el rendimiento global de la estación de recepción. La relación portadora/ruido (C/N) que se puede conseguir está directamente relacionada con el tamaño de la antena, aunque el precio y el peso de ésta también lo están, factores ambos muy importantes a la hora de diseñar la instalación, por lo que las antenas se eligen con el tamaño mínimo para que la señal recibida llegue a los mínimos requeridos por los siguientes equipos de la instalación. La ganancia de una antena parabólica depende de la superficie de la abertura del reflector, la longitud de onda de la radiación y la eficacia del reflector que depende de su calidad.

La irregularidades en la superficie de la parábola se hacen más importantes conforme aumenta la frecuencia. La anchura del haz de una antena parabólica depende del diámetro de la parábola y de la frecuencia. El lóbulo principal de la antena corresponde a la potencia máxima de la señal recibida. Los lóbulos parásitos traducen el fenómeno de difracción en los bordes de la parábola. Cuanto mayor es el diámetro de la parábola para una frecuencia dada, más elevada es la ganancia y más estrecho el lóbulo principal. Se recibe sólo la señal, disminuyendo el ruido, pero por el contrario, debe afinarse el apuntamiento de la antena sobre la posición orbital del satélite. La antena capta y transmite al receptor el ruido térmico irradiado por la superficie del suelo, a esto se le llama temperatura de ruido de la antena.

El ruido es proporcional a la temperatura y a la anchura de banda de la antena para una frecuencia dada.

Una buena antena debe tener una temperatura de ruido débil; es decir, captar la menor cantidad posible de ruido térmico por sus lóbulos parásitos. Su temperatura de ruido disminuye cuando el ángulo de elevación es importante, y es mínima cuando la antena apunta al cenit. A este ruido externo se añade el ruido térmico interno producido por el receptor, principalmente por el primer nivel del cabezal LNB situado en el foco de la parábola. Es preciso conseguir la relación señal/ruido más importante posible.





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